El último gran Difusor

Sin lugar a dudas fue el padre Jorge María Salavaire el último gran difusor del culto de María de Luján, digno discípulo del negro Manuel Salvaire, salvado milagrosamente de una muerte segura en manos de los indios, dedica su vida a la Virgen de Luján.

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Padre Jorge María Salvaire

Este sacerdote de origen francés había llegado a Luján el 2 de febrero de 1872 junto con otros sacerdotes lazaristas que por disposición del Arzobispo de Buenos Aires Monseñor Federico Arneiros se harían cargo del Santuario.

El padre Salvaire no solamente escribiría la historia de la Virgen, obra monumental de la historiografía lujanense, sino que lograría en el año 1886 que el Papa León XIII bendiga la corona confeccionada con el oro y las piedras preciosas donadas por las damas argentinas y que desde el 8 de mayo de 1887 descansa en la cabeza de María de Luján.

Pero la historia de la Virgen y su coronación no fueron suficientes para Salvaire t así el 15 de mayo de 1887 se coloca la piedra fundamental de la Basílica que Salvaire prometió a la Virgen. Las obras de la Basílica comienzan el  6 de mayo de 1890

El 4 de febrero de 1899 el padre Salvaire fallece en Luján siendo sepultado en el santuario. La Basílica de Luján, «estuche digno de guardar la joya ten preciada» fue inaugurada en 1936.

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