Construcción de la Basílica

El 21 de noviembre de 1889, el Padre María Salvaire eleva una solicitud al Exmo. Sr. Arzobispo de Buenos Aires, para emprender la grandiosa obra cuya piedra fue bendecida en 1887. Monseñor Federico Aneiros contesta a los ocho días, y propone que las obras comiencen en las próximas fiestas de la Inmaculada Concepción, 8 de Diciembre, asumiendo él la responsabilidad exclusiva. Las dificultades críticas de nuestro país, obligan a posponer el inicio de las obras para el de 6 de mayo de 1890, a las 16 horas. En los primeros años de 1890, se da un intercambio de notas entre al Padre Salvaire como Cura Vicario, y el Doctor Octavio Chaves, en su carácter de Intendente Municipal de Luján. Como resultado el Honorable Consejo Deliberante, resuelve, el 24 de marzo, otorgar al Cura Vicario la ocupación de un terreno municipal en la margen occidental del Río Luján, para levantar galpones, construir hornos para fabricar ladrillos y extraer tierra con ese objetivo, en tanto dure la construcción del Santuario.

El 29 de marzo el Padre Salvaire agradece al Dr. Chaves su intervención ante el consejo, y toma posesión del terreno que abarca 28.000 m2. Para el 29 de abril ya es evidente «la necesidad absoluta de grandes hornos». El  25 de mayo «llega a su término el pisadero y principian los dos grandes hornos…» uno para 60.000 y otro para 120.000 ladrillos. Carros y más carros acarrean leña, y otros tantos trasladan los ladrillos al lugar de la construcción. La piedra empleada para el revestimiento, molduras interiores, columnas, capiteles y bases, se debe al ingeniero Ayerza quien, pasando por Mar del Plata en busca de piedras para la construcción, considera superior la que se halla en Entre Ríos. De allí se compara en el Departamento de Colón, de dicha provincia, una cantera de 8 cuadras por 24 Mts. de anchura.

Más tarde el arquitecto Courtois viajó con el Capellán, confirmando la excelencia de la piedra adquirida. Desde el puerto Almirón partían las piedras labradas por millares, y más tarde hubo que renegociar la cantera y comprarse una nueva junto al Puerto de Uruguay.

Etapas de la Construcción

La construcción puede dividirse en cinco períodos, responsabilizandos de las mismas los siguientes capellanes:

  • – P. Jorge maría Salvaire (1889-1899)
  • – P. Antonio Brignardello (1899-1901)
  • – P. Vicente Dávani (1901-1922)
  • – P. José M. Gimalac (1922-1927)
  • – P. Felipe Prat (1927-1942)

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    Estado de la Obra en 1922

Padre Jorge maría Salvaire
En  el  año  1887, siendo rector del santuario el Padre Emilio George, Monseñor Aneiro bendice la piedra  fundamental del futuro santuario, cuyas obras se inician unos tres años mas tardes, a  causa de la serie crisis económicas que padecía el país. Entre tanto, el Padre Salvaire  es nombrado recto. Aprovecha el tiempo de espera para entablar discusiones sobre la obra y   elaborar proyectos, hasta que considera llegado el momento de acometerla, confiando en la Divina Providencia y en la cooperación de todos los fieles del clero. El día 6 de mayo de 1890, Monseñor Aneiros bendice la apertura de los cimientos del Santuario Nacional. El padre Salvaire  publica los planos de la planta y elige para la obra el estilo gótico del siglo XIII, elección que es secundada por arquitectos Courtois. La maqueta que se presenta de la obra tiene un parecido notable con Notre Dame de Paris. El Padre Salvaire tiene una extraordinaria capacidad y férrea voluntad, que se suman a grandes dotes para la administración y dirección. La lista de donaciones comunes y especiales se van agregando una a una y se abre la inscripción para la dedicación de piedras por un valor de 10 pesos. Hacia 1895, el ábside ya tiene completa sus 21 ventanas y se ha colocado 7 de los 11 rosetones sobre la capilla abisidales. El Padre Salvaire, fallece inesperadamente en febrero de 1899; su mayor deseo era poder ver la realización completa de la obra antes de morir. No se dio, pero se calcula que llegó a construir una tercera o cuarta parte del Santuario.

Padre Antonio Brignardello
Durante el breve período de su Rectorado se inaugura el ábside, camarín, crucero y cuatro capillas colaterales; ya está por completarse las bóvedas en donde descansa el techo de la cripta, bajo las tres naves del Santuario, y se recibe el hermoso altar de San Antonio, construido en Génova por la casa Beltrami. Además llega a Luján el señor Dagrant de Burdeos, Francia para adaptar los vitrales de las ventanas. Durante este período los trabajos más destacables a sido la terminación de siete capillas de las naves laterales, que llega hasta el triforio y la construcción de una divisoria para baptisterio.

Padre Vicente Dávani
El 18 de abril de 1901 toma posesión como párroco y Capellán del Santuario. Dos años después ya se ha colocado las dos magnificas vidrieras del  camarín: siete sencillas y cuatro dobles. En 1904 se afirma que ya se ha construido las dos terceras partes de la obra. El 4 de diciembre de ese mismo año se traslada al nuevo camarín La Imagen de Nuestra Señora y un año después se coloca el altar mayor. A partir de esa fecha se avanza rápidamente en una sucesión de diferentes obras1. Colocación de lámparas votiva Argentina en el camarín;2. Conclusión de las grandes columnas con sus capitales;3. Colocación del magnificó rosetón del frontis;4. Elevación de las torres;  Para fines de 1910, esta terminado todo el interior del Santuario y el 8 de diciembre de ese año, Monseñor Terrero procede a la solemne bendición del templo. Faltan detalles internos que se van completando paso a paso, tales como los púlpitos de origen francés, el gran órgano cavaille-coll, de París (donación de Monseñor León Gallardo), los candelabros del altar mayor y la cruz dorada, con esmalte, etc. Mientras tanto se trabaja atractivamente en el frente del templo, que llega ya a los 16 m y se colocan 16 estatuas de los apóstoles y evangelistas a derecha e izquierda multitud de adornos que dificultan el trabajo. De Millán llegan las 13 campanas, que tiene un total de 14.915 kg., más otras 5 para el reloj.

Padre José M. Gimalac
Sucedió al Padre Davani, que 27 de octubre de 1922. Entre ese año y 1926 se levantan las torres completas, dentro de las cuales se coloca el campanario y el carillón con los relojes eléctricos. El carillón tiene 15 campanas, de las cuales 13 se echan a vuelo por medio mecanismo eléctrico y 2 son manuales.

Padre Felipe Prat
Reemplaza al Padre Gimalac el 20 de mayo de 1927. Hasta entonces había realizado su actividad misionera en el Uruguay. Durante este período, la torre Este es revocada por dentro donde lleva una escalera de cemento desde este piso del reloj hasta la base de la flecha. La del Oeste lleva una escalera similar y tiene ya el piso para soportar los muros de la flecha. El templo había sido bendecido en 1910 hallándose concluido en su casi totalidad el 6 de octubre de 1930 Monseñor Alberti procede a su consagración. Al mes siguiente el Santo Padre le concede el título de Basílica. En 1931 se concluye las dos flechas revertidas de piedras reconstruidas y rematadas, las del Este por la Santísima Virgen, y la del Oeste por el Monograma de María. Entre los numerosos detalles del interior cabe señalar la colocación de la monumental lámpara donada por el Teatro «Opera de Buenos Aires» y que lleva 246 tulipas. Al regreso de la misma nave central cuelga la también monumental lámpara Votiva donada por La República de Irlanda y fabricada en dicha república en 1935 se da por finalizado la obra de La Basílica y tiene lugar una serie de homenajes al P. Salvaire, factor primordial y decisivo de la obra, a quien se le erige una merecida estatua en el ángulo Noreste de la Basílica. «Las piedras clamaran», solía repetir el visionario Padre Salvaire, y parece comprobarlo desde su monumento.

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